La aparición de la máquina de vapor marcó la Primera Revolución Industrial; las cadenas de montaje y la electricidad desembocaron en la Segunda Revolución Industrial; y la integración de la informática trajo consigo la Tercera Revolución Industrial. En el caso de la Cuarta Revolución Industrial, los elementos disruptivos que han dado lugar a una nueva era son variados: los datos, el Cloud Computing y el almacenamiento en la nube, la Inteligencia Artificial o el Internet de las Cosas son algunos de ellos.
Sin embargo, la Cuarta Revolución Industrial no solo implica un cambio de tecnologías y procesos, sino también de mentalidad. La industria ha de ser consciente de que ahora se enfrenta a un cliente hiperconectado y a una demanda cambiante, por lo que debe redefinir el concepto de fábrica que tenía hasta ahora y transformarse en una ‘fábrica inteligente’.
Una fábrica inteligente será capaz de afrontar retos como la fabricación flexible y a demanda, crear líneas de producción y almacenamiento inteligentes o cadenas de suministro optimizadas.
¿Qué es la cuarta revolución industrial?
La Cuarta Revolución Industrial, también conocida como Industria 4.0, se refiere a la transformación que combina tecnologías avanzadas como inteligencia artificial, Internet de las Cosas (IoT), big data, robótica, impresión 3D y blockchain para mejorar la eficiencia y la capacidad de innovación de las empresas. A diferencia de revoluciones anteriores, que se centraron en la mecanización, la electricidad o la digitalización, esta revolución integra sistemas inteligentes que aprenden, se adaptan y optimizan procesos de manera autónoma.
Características clave
- Interconexión: Los sistemas y dispositivos están conectados entre sí, compartiendo información en tiempo real.
- Automatización avanzada: La inteligencia artificial y la robótica permiten procesos más eficientes y menos dependientes de intervención humana.
- Personalización masiva: Los productos y servicios pueden adaptarse a necesidades individuales sin sacrificar eficiencia.
Toma de decisiones basada en datos: El análisis de grandes volúmenes de datos mejora la precisión y velocidad de las decisiones empresariales.
Tecnologías de la industria 4.0
El conjunto de tecnologías necesarias para esta revolución se conocen como habilitadores digitales, entre los que el Fondo Económico Mundial destaca los siguientes:
- El almacenamiento en la nube. Los procesos operativos y el intercambio de información se simplifican y se hacen más eficientes al poder almacenar y trabajar los datos de forma descentralizada, convirtiéndolos en accesibles desde cualquier lugar.
- El análisis de datos (Big Data) posibilita la observación y el estudio de los datos recabados de diferentes fuentes para descubrir patrones ocultos, correlaciones desconocidas u otro tipo de información que ayude a mejorar los procesos y a evitar errores.
- La comunicación digital, que permite el acceso e intercambio de información instantánea de manera global.
- La inteligencia artificial y la robótica, que agilizan los procesos.
- La ciberseguridad, uno de los retos clave para las empresas hoy en día.
- La realidad aumentada y la realidad mixta, que implican oportunidades de crecimiento para los negocios y que se pueden emplear en la formación laboral.
La energía limpia y sostenible, los materiales biotecnológicos y la impresión 3D son algunas otras tecnologías que también tienen un peso importante en esta nueva era.
Cómo adaptar un negocio a la Cuarta Revolución Industrial
Adaptar una empresa a la Cuarta Revolución Industrial no es cosa de un día: es un proceso que requiere inversión, tiempo y esfuerzo. Los pasos que cada empresa debe seguir dependerán del punto del que parte, de sus objetivos o del tipo de industria al que pertenece, pero hay una serie de indicaciones que debes tener en cuenta antes de ponerte en marcha.
1. Analiza las posibilidades de tu empresa
La impresión 3D, el análisis de datos, la Inteligencia Artificial o la Realidad Mixta no son excentricidades futuristas: se han convertido en herramientas a través de las cuales los negocios se hacen más eficaces y crecen más rápido. Sin embargo, esto no quiere decir que haya que lanzarse a utilizar cada una de ellas. Empieza realizando un informe detallado sobre fortalezas, debilidades y acciones de mejora en la empresa que sirva de hoja de ruta para la trasformación.
2. Hazte con el talento adecuado
En ocasiones se piensa que las nuevas tecnologías acabarán borrando a los trabajadores de la plantilla. Sin embargo, en la Cuarta Revolución Industrial el valor del equipo humano, lejos de quedar relegado, será la clave para el éxito.
Es necesario reclutar nuevos profesionales especializados en el know-how tecnológico. Las empresas que sean capaces de atraer a los mejores talentos y los equipos con competencias digitales más destacadas serán las que mejor se adapten a esta nueva era.
3. Aprende a aprender
En un mundo en el que la tecnología vive en constante (y rápida) evolución, la única garantía de éxito es confiar en la formación continua. El proceso de aprendizaje debe darse a todos los niveles, de modo que cada miembro del equipo esté al tanto de las novedades en su área y pueda aplicarlas.
La educación, además, también puede ser digital. El proceso conocido como e-learning permite transmitir de un modo eficaz los conocimientos para que nadie se quede atrás.
Retos y oportunidades de la cuarta revolución industrial
Adaptarse a esta revolución implica enfrentar desafíos, pero también ofrece oportunidades estratégicas para el crecimiento:
Retos:
- Digitalización de procesos: La transición a sistemas inteligentes requiere inversión en tecnología y capacitación.
- Seguridad y privacidad de datos: La interconexión aumenta la vulnerabilidad frente a ciberataques.
- Transformación cultural: Las empresas necesitan fomentar una cultura de innovación y adaptabilidad.
- Cambios en la fuerza laboral: Se requiere reskilling y upskilling para roles que involucren nuevas tecnologías.
Oportunidades:
- Optimización de operaciones: La automatización y el análisis de datos permiten reducir costos y mejorar la eficiencia.
- Innovación en productos y servicios: Las empresas pueden ofrecer soluciones más personalizadas y adaptadas a las necesidades del cliente.
- Acceso a nuevos mercados: Las tecnologías digitales facilitan la expansión global y la interacción con clientes en tiempo real.
- Competitividad sostenible: La integración tecnológica y la innovación permiten mantenerse a la vanguardia frente a la competencia.
