Si te preguntas cómo crear un chatbot con inteligencia artificial has llegado al artículo adecuado. Aunque embarcarse en la creación de un bot de inteligencia artificial pueda resultar abrumador, la realidad es que hoy en día existen multitud de opciones para que empresas de cualquier tamaño puedan acceder a este tipo de tecnología. 

En los últimos años, el auge de los chatbots con inteligencia artificial con voz y los basados en texto ha sido extraordinario. Por ejemplo, se calcula que, para 2027, los chatbots serán los principales responsables de la atención al cliente en al menos un 25% de los canales orientados a este fin. 

Los avances en IA y procesamiento del lenguaje natural (NLP) están detrás de la mejora significativa de las capacidades de los chatbots. Si bien en un principio estas herramientas resultaban demasiado rígidas, hoy en día los chatbots son capaces de comprender y responder al lenguaje humano de forma más precisa y natural, multiplicando su uso en tareas como la interacción con clientes.

Este auge, a su vez, ha multiplicado las diferentes opciones para quienes se plantean cómo crear inteligencia artificial sin saber programar. Ofrecemos a continuación un breve repaso a qué alternativas existen.

¿Qué es un chatbot con Inteligencia Artificial? 

Descrito de forma simple, un chatbot con Inteligencia Artificial es un programa informático diseñado para interactuar con humanos a través de conversaciones naturales basadas en el texto. En otras palabras, estos sistemas aprovechan la IA para ser capaces de llevar a cabo conversaciones con humanos de forma satisfactoria.

Para ello, el chatbot incorpora algoritmos de IA que le permiten llevar a cabo tareas altamente avanzadas, incluyendo la comprensión del lenguaje natural de los usuarios, la interpretación de sus preguntas y el proporcionar respuestas relevantes.

Cómo funcionan los chatbots con IA

Su funcionamiento combina procesamiento de lenguaje natural (NLP), aprendizaje automático (machine learning) y, en algunos casos, bases de conocimiento predefinidas.

  1. Interpretación del mensaje del usuario: Cuando un usuario escribe o habla con el chatbot, el sistema primero analiza el mensaje para entender su intención y extraer información clave. Esto se hace mediante técnicas de procesamiento de lenguaje natural (NLP), que permiten que la máquina reconozca palabras, frases y contexto, incluso cuando se usan expresiones coloquiales o errores de escritura.
  2. Procesamiento y búsqueda de respuesta: Una vez entendida la consulta, el chatbot decide cómo responder. Esto puede hacerse de varias maneras:
    • Basado en reglas: el chatbot sigue guiones predefinidos con respuestas específicas según palabras clave.
    • Basado en IA: el chatbot genera respuestas de manera más flexible y contextual, aprendiendo de interacciones anteriores y adaptándose a nuevas situaciones.
  3. Generación de la respuesta: Los chatbots más avanzados, como los basados en modelos de lenguaje (por ejemplo, ChatGPT), no solo seleccionan respuestas predefinidas, sino que crean texto coherente y relevante en tiempo real. Esto permite mantener conversaciones más naturales y personalizadas.
  4. Aprendizaje continuo: Los chatbots con IA mejoran con el tiempo gracias al aprendizaje automático. Cada interacción se analiza para ajustar respuestas futuras, identificar patrones de comportamiento del usuario y detectar posibles errores. Esto significa que cuanto más se usa el chatbot, más preciso y útil se vuelve.

Pasos para crear un chatbot con inteligencia artificial 

Como hemos adelantado más arriba, a día de hoy existe una amplia variedad de opciones para los que se preguntan cómo crear un chatbot con inteligencia artificial. 

Existen diferentes plataformas para el desarrollo de chabots sin necesidad de programación (como Dialogflow de Google), aunque suelen requerir una serie de pasos como los siguientes:

    • Definir objetivos y casos de uso, que pueden ir desde brindar soporte al cliente, a generar leads o proporcionar información sobre productos.
    • Seleccionar una plataforma de desarrollo, siendo algunas de las más populares Dialogflow, Watson Assistant, Rasa y Microsoft Bot Framework.
    • Diseño de la conversación, es decir, del guion y los flujos de diálogo que deberá seguir la herramienta en función de las consultas de los usuarios.
    • Entrenamiento del chatbot.
    • Integración con otros sistemas y servicios en que se vaya a alojar el chatbot, además de servicios como bases de datos y APIs de terceros, que permitan a la herramienta acceder a la información necesaria y realizar acciones específicas.
    • Pruebas y optimización, identificando posibles errores o problemas de usabilidad.

Existe también la posibilidad de externalizar la creación del chatbot a empresas especializadas, de modo que no es necesario formarse ni ejecutar el desarrollo.

Beneficios de un chatbot con inteligencia artificial

El potencial de los chatbots con IA ya se ha probado en áreas como los chatbots de recursos humanos y la atención al cliente. 

En líneas generales, este tipo de asistentes basados en inteligencia artificial ofrecen algunos de los beneficios clave de los chatbots convencionales (disponibilidad constante para interactuar con usuarios y automatización de tareas), ventajas que los han llevado a convertirse en una de las tecnologías más adoptadas por las empresas.

Sin embargo, las altas capacidades de que les dota la inteligencia artificial multiplican las ventajas de este tipo de chatbot frente a las soluciones del pasado:

  • Disponibilidad 24x7.
  • Atención inmediata para el usuario.
  • Automatización de tareas.

Todo ello se traduce en una reducción de costos significativa y, además, en la mejora de la experiencia del usuario, que recibe una atención instantánea.

Limitaciones de los chatbots con IA

Aunque los chatbots con inteligencia artificial ofrecen muchas ventajas, también presentan limitaciones importantes que conviene tener en cuenta. Una de las principales es la comprensión imperfecta del lenguaje humano. A pesar de los avances en procesamiento de lenguaje natural, los chatbots pueden interpretar mal expresiones ambiguas, modismos, sarcasmos o errores de escritura, lo que puede generar respuestas incorrectas o fuera de contexto.

Otra limitación es la dependencia de los datos de entrenamiento. Los chatbots aprenden de la información con la que se les alimenta, por lo que si los datos son incompletos, sesgados o desactualizados, sus respuestas pueden ser poco precisas o incluso incorrectas. Esto se refleja, por ejemplo, en situaciones donde se requiere conocimiento muy especializado o actualizado, como regulaciones legales o cambios recientes en productos y servicios.

La falta de empatía real también es una limitación. Aunque los chatbots pueden simular un tono amistoso o cercano, no poseen emociones ni comprensión profunda de las necesidades humanas, lo que puede dificultar la gestión de situaciones sensibles o la resolución de conflictos complejos.

Por último, los chatbots pueden encontrar dificultades con problemas complejos o excepcionales que no siguen patrones comunes. En estos casos, la intervención humana sigue siendo necesaria para asegurar que el usuario reciba una solución adecuada.