La ciberresiliencia, también conocida como resiliencia en ciberseguridad, se está volviendo un aspecto clave en el contexto actual.

Con la multitud de procesos en las empresas volcándose en entornos digitales, proliferan también los ciberataques. Es más, un informe elaborado por Deloitte en 2022 halló que el 94% de las empresas españolas ha sufrido algún incidente en materia de ciberseguridad, situando a España como el tercer país a nivel mundial en materia de ciberataques.

Frente a estas preocupantes cifras, aparece la ciberresiliencia. Te contamos a qué se refiere exactamente este concepto y cómo puedes aplicarlo en tu negocio para garantizar la máxima seguridad.

¿Qué es la ciberresiliencia?

La ciberresiliencia se refiere a la capacidad de una organización para resistir y recuperarse frente a un ciberataque.

Este concepto trata de dar un enfoque integral a la protección frente al cibercrimen, ya que engloba la prevención frente a ataques, pero también la capacidad de recuperarse después de un incidente.

Entre las acciones que pueden ponerse en marcha en una estrategia de ciberresiliencia se incluyen: 

  • Una auditoría de ciberseguridad capaz de detectar posibles brechas de seguridad que podrían poner en peligro a la organización.
  • Implementación de herramientas de prevención, junto a otras medidas para minimizar la probabilidad de que ocurran incidentes cibernéticos.
  • Planificación de respuestas ante cualquier incidente, incluyendo planes de contingencia y simulacros de incidentes.
  • Formación del personal en temas alrededor de la ciberseguridad.
  • Evaluación de la eficacia de los controles de seguridad.

Importancia de la ciberresiliencia para la empresa

Las cifras de ciberataques proporcionan una razón incontestable por la que es importante poner en marcha medidas de ciberresiliencia en una empresa.

En un contexto en el que el cibercrimen es una amenaza cada vez más común, los protocolos de ciberresiliencia suponen una garantía para proteger a un negocio, su información y la continuidad de sus procesos.

Además, protegerse frente a ataques informáticos es también un paso esencial en la protección de la reputación de una empresa, pues los ciberataques pueden dañar de forma irreparable la imagen de marca.

Métricas que importan (y cómo fijar objetivos útiles)

  • MTTD (tiempo medio de detección) y MTTR (tiempo medio de respuesta).
  • Tasa de éxito de restoración (¿qué % de backups arrancan sin errores?).
  • Cobertura MFA / EDR / cifrado en activos críticos.
  • Porcentaje de proveedores críticos evaluados (y con planes de mejora).
  • Phishing click-rate y tiempo de reporte por empleados.

Cómo definir una estrategia de ciberresiliencia

Definir una estrategia de ciberresiliencia implica tomar medidas de forma proactiva para proteger una organización y garantizar su capacidad de recuperación en caso de que ocurra un ataque.

En general, una estrategia de ciberresiliencia efectiva tendrá un enfoque integral, abarcando la prevención, detección, respuesta y recuperación de los ataques cibernéticos. Para ser completamente efectiva, además, deberá contar con la participación activa de todas las partes interesadas y que puedan tener un impacto en la ciberresiliencia de la organización.

Entre los pasos clave para definir una estrategia de ciberresiliencia se encuentran: 

Gobierno y cultura

  • Responsables claros: comité mixto (IT/Seguridad, Operaciones, Legal, Comunicación).
  • Políticas vivas: aceptables de uso, acceso remoto, clasificación de información.
  • Formación continua: campañas cortas y frecuentes (phishing, datos, contraseñas, IA generativa).

Gestión de riesgos y continuidad

  • Mapa de activos críticos (aplicaciones, datos, personas, proveedores).
  • Análisis de impacto (BIA): define RTO (tiempo máximo de recuperación) y RPO (datos máximos que puedes perder).
  • Planes BCP/DRP: continuidad de negocio y recuperación ante desastres alineados con TI.

Controles técnicos y arquitectura

  • Principio de mínimo privilegio y MFA en todo lo sensible.
  • Segmentación de red y Zero Trust para limitar movimiento lateral.
  • Backups 3-2-1 (3 copias, 2 medios, 1 offline/inmutable) probados regularmente.
  • Parcheo y gestión de vulnerabilidades con ventanas claras y priorización por riesgo.
  • Teletrabajo seguro: dispositivos gestionados, cifrado y acceso remoto robusto (relaciónalo con tu política de trabajo a distancia).

Detección y respuesta

  • Visibilidad: registros centralizados (endpoints, red, nube, identidad).
  • Alertado y playbooks: define qué hacer ante ransomware, cuentas comprometidas, fuga de datos o caída cloud.
  • Simulacros: ejercicios “tabletop” trimestrales y pruebas técnicas (p. ej., restore de backups real).

Recuperación y mejora continua

  • Runbooks de recuperación por servicio (quién hace qué, en qué orden).
  • Post-mortem sin culpas: lecciones aprendidas y medidas correctivas con plazos.

Indicadores de avance para reportar a dirección.

Todas las empresas son vulnerables a los ciberataques, pero las pequeñas empresas son un objetivo especialmente interesante para los ciberdelincuentes, ya que no suelen contar con departamentos o áreas de ciberseguridad.

Por eso, si necesitas apoyo para construir una empresa ciberresiliente, puedes contar con la ayuda de un partner como Beedigital, que te ayuda a integrar en tu negocio herramientas de seguridad para los sistemas de la empresa y los equipos de los empleados, con el objetivo de que la empresa pueda hacer frente a las amenazas de la red.