Qué es el ROI
El Retorno de Inversión o ROI, por sus siglas en inglés (Return Of Investment), es un parámetro que nos sirve para medir la rentabilidad y la eficacia de nuestras campañas. Es usado tanto dentro del mundo de la inversión como dentro del mundo del marketing para determinar cuantitativamente si nuestras acciones han sido provechosas y lucrativas.
Midiendo el ROI de las diferentes acciones tendremos la base para tomar mejores decisiones en relación a la empresa, ya que este índice nos permite determinar si estamos obteniendo beneficios o pérdidas en cada acción individual.
Antes de calcular el ROI, debemos tener claro cuál es el objetivo de la campaña, ya que de esto dependerán los elementos necesarios para calcularlo. Por ejemplo, si nuestro objetivo es la facturación, las cifras que debemos tomar son fáciles de encontrar; mientras que si nuestro objetivo es leads, debemos dotar de un valor económico a cada lead, para así poder efectuar los cálculos.
¿Por qué es importante calcular el ROI?
Calcular el ROI (Return On Investment) es fundamental para conocer si una inversión ha sido rentable o no. Este indicador permite medir el beneficio obtenido en relación con los recursos invertidos, lo que ayuda a tomar decisiones estratégicas en marketing, ventas o cualquier otra área del negocio.
Gracias al ROI, las empresas pueden identificar qué campañas son más eficaces, redistribuir presupuestos y evitar gastos innecesarios, asegurando así un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles.
La fórmula del ROI
La fórmula el ROI es la siguiente: ROI = (BENEFICIO – INVERSIÓN) / INVERSIÓN*100
La inversión que incluyamos debe ser la total, teniendo en cuenta no sólo el dinero invertido directamente en la acción (por ejemplo, en anuncios en Facebook Ads), sino también la mano de obra que debemos pagar para que estas campañas se lleven a cabo, si es el caso.
Pongamos el siguiente ejemplo: con una campaña de Facebook Ads hemos tenido unas ganancias de 2.500 euros en facturación, cifra que hemos obtenido tras analizar las compras que provienen de esta fuente. Imaginemos que hemos invertido en Facebook 600 euros, pero que también hemos tenido que pagar 250 euros a un Social Media Manager profesional para que pusiese en marcha nuestra campaña.
En este caso, sería: 2.500- (600+250)/(600+250)= 1,94
Para verlo más claramente, multiplicamos por 100, por lo que el ROI (es decir, el retorno de la inversión) sería del 194% .
Si los valores indican que el ROI es del 0% quiere decir que has ganado lo mismo que has invertido. Si el ROI fuese negativo, significaría que estamos perdiendo dinero.
El ROI es un indicador muy valioso que, sin embargo, tiene algunos defectos. Al no contar con la variable de tiempo en su fórmula puede hacer que la percepción de rentabilidad sea errónea, ya que no es lo mismo un ROI del 194% en unos meses que en unos años.
Además, podemos encontrarnos con muchas dificultades al medir el ROI de campañas de branding, ya que los resultados son difícilmente cuantificables. En este caso tendremos que recurrir a KPIs o indicadores clave de rendimiento que puedan proporcionarnos cifras. Por ejemplo, algunos KPIs para medir el ROI de una campaña de marketing podrían ser el aumento de menciones en las redes sociales o el aumento de búsquedas de la marca en Google.
Diferencia entre ROI y ROAS
Aunque a menudo se confunden, ROI y ROAS no son lo mismo.
- El ROI mide la rentabilidad general de una inversión, teniendo en cuenta todos los costes asociados (marketing, producción, personal, etc.).
- El ROAS (Return On Advertising Spend) se centra únicamente en el retorno generado por una campaña publicitaria respecto al gasto invertido en anuncios.
En resumen: el ROI ofrece una visión más global, mientras que el ROAS mide específicamente la eficiencia publicitaria.
Cómo mejorar el ROI
Para mejorar el ROI en tus inversiones es clave optimizar tanto los costes como los beneficios generados. Algunas recomendaciones son:
- Analizar datos en tiempo real: usar herramientas de analítica para detectar qué estrategias funcionan mejor.
- Optimizar procesos internos: reducir costes innecesarios en producción, logística o gestión.
- Segmentar mejor al público objetivo: dirigir las acciones de marketing a los clientes con más probabilidad de conversión.
- Testear y ajustar campañas: realizar pruebas A/B para identificar los formatos y mensajes más efectivos.
Fidelizar clientes: invertir en retención puede ser más rentable que en adquisición, ya que los clientes recurrentes elevan el ROI.
