El uso de inteligencia artificial en coches ha sido largamente soñado y, su posibilidad, también muy discutida. Si bien las preocupaciones alrededor de los vehículos autónomos y la seguridad vial son comprensibles, la realidad es que los vehículos inteligentes ya están circulando en las carreteras.

El avance de la inteligencia artificial en coches supone la convergencia de tecnologías avanzadas, todo con el objetivo de abrir la puerta a una nueva era de la movilidad.

La esperanza es que los vehículos inteligentes consigan una reducción de accidentes debido a errores humanos y una mayor eficiencia en el uso de la infraestructura vial (por ejemplo, la disminución de la congestión del tráfico). En este sentido, la industria del automóvil se asemeja a otras en las que la IA ya ha supuesto una auténtica revolución, como es el caso de Beedigital y la IA aplicadas al marketing y ventas.

Por supuesto, la incorporación de inteligencia artificial en coches viene asociada a una serie de retos como también ha sucedido en otras industrias, incluyendo los desafíos que implica la llamada caja negra de la IA. En el caso de los vehículos inteligentes, aparecen preguntas respecto a su ciberseguridad o la responsabilidad legal en caso de accidentes, entre otras.

En cualquier caso, el impulso hacia los vehículos autónomos parece imparable, en parte debido al interés de la industria automotriz y las inversiones en investigación y desarrollo que ha puesto en marcha. Así, se calcula que el valor de mercado de este tipo de vehículo ascenderá desde los 41.100 millones de dólares a los 114.540 millones de dólares en 2029, creciendo a un CAGR del 22.75%. 

Desde esta perspectiva, analizamos los usos de la inteligencia artificial en coches y qué se puede esperar de los vehículos inteligentes en los próximos años.

Qué es un coche inteligente 

El término coche inteligente se refiere a un vehículo que incorpora inteligencia artificial entre sus tecnologías en vistas a mejorar su seguridad, comodidad, eficiencia y/o conectividad. 

Aunque los vehículos autónomos son lo primero que acude a la mente al pensar en IA y coches, lo cierto es que la IA ya está siendo aplicada de diversas formas:

  • Sistemas de asistencia al conductor (control de crucero adaptativo, detección de puntos ciegos, asistencia para mantenerse en el carril…)
  • Conectividad con otros vehículos (V2V) y con la infraestructura vial (V2I)
  • Sistemas de entretenimiento
  • Capacidad de navegación mejorada
  • Uso inteligente de energías alternativas

Principales usos de la inteligencia artificial en los coches

Conducción autónoma

Uno de los desarrollos más ambiciosos de la IA es el vehículo autónomo, capaz de desplazarse sin intervención humana.

  • Utiliza cámaras, radares y sensores LIDAR para interpretar el entorno.
  • Puede reconocer peatones, señales de tráfico y otros vehículos.
  • Aunque todavía está en fase de desarrollo y regulación, marcas como Tesla, Waymo o Mercedes ya integran funciones semiautónomas.

Sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS)

Incluso en coches no autónomos, la IA mejora la seguridad con sistemas de ayuda al conductor:

  • Frenado automático de emergencia.
  • Asistente de mantenimiento de carril.
  • Detección de fatiga del conductor.
  • Control de crucero adaptativo.

Estos sistemas reducen el riesgo de accidentes y son ya habituales en muchos vehículos nuevos.

Reconocimiento de voz y asistentes virtuales

La inteligencia artificial en los coches también se aplica en interfaces de usuario:

  • Asistentes como Alexa Auto, Siri o Google Assistant permiten controlar funciones del vehículo por voz.
  • El conductor puede pedir direcciones, ajustar la música o realizar llamadas sin apartar la vista de la carretera.
  • Esto mejora la seguridad al evitar distracciones.

Optimización del consumo de energía

En coches eléctricos e híbridos, la IA ayuda a:

  • Gestionar de forma más eficiente la batería.
  • Sugerir rutas que reduzcan el consumo.
  • Adaptar la potencia del motor según las condiciones de conducción.

Así se mejora la autonomía y se contribuye a una movilidad más sostenible.

Mantenimiento predictivo

Gracias al análisis de datos, los coches inteligentes pueden predecir fallos antes de que ocurran.

  • Alertan sobre piezas que requieren mantenimiento.
  • Detectan anomalías en tiempo real.
  • Evitan averías graves y reducen costes de reparación.

Experiencia personalizada del conductor

La IA también se centra en la comodidad y personalización:

  • Ajuste automático de asientos y climatización según el perfil del usuario.
  • Recomendaciones de música o rutas según hábitos de conducción.
  • Configuración de modos de conducción adaptados a cada persona.

Seguridad y prevención de accidentes

Además de los ADAS, la IA analiza patrones de conducción para:

  • Detectar comportamientos peligrosos (frenadas bruscas, giros agresivos).
  • Alertar al conductor en situaciones de riesgo.
  • Adaptar la respuesta del vehículo para proteger a los ocupantes.

La Inteligencia Artificial en la fabricación de un vehículo

Además del avance hacia los vehículos autónomos, la inteligencia artificial también está jugando un papel importante en optimizar la fabricación de vehículos en vistas a mejorar su eficiencia y seguridad. 

Algunos ejemplos del uso de la IA en cualquiera de las etapas de la fabricación de coches incluyen:

  • Optimización de la cadena de suministro. Por ejemplo, en la predicción de la demanda de piezas y materiales
  • Diseño asistido por computadora (CAD). Con capacidades avanzadas como la de simular el rendimiento y la seguridad de los vehículos antes de que se fabriquen prototipos físicos.
  • Fabricación y control de calidad automatizadas
  • Mantenimiento predictivo para las máquinas de fabricación, reduciendo así el tiempo de inactividad no planificado.