Cuando te conviertes en emprendedor y lanzas tu propia empresa solo piensas en todo lo bueno que esa decisión acarrea: serás tu propio jefe, flexibilidad de horarios, mejora en tus condiciones laborales… En definitiva, te centras en lo positivo. Dicho de otra manera, en comerte el mundo. Y no nos entiendas mal. Esa actitud es perfecta. Sin embargo, por muy bien que te vaya, pronto aprendes que la gestión de las cuentas es un tema complicado y, en muchas ocasiones, muy árido. Las previsiones de ingresos y gastos muchas veces no se cumplen y comienzan a surgir las deudas.
La mayor parte de las grandes, pequeñas y medianas empresas realizan su actividad mientras soportan deuda o pérdidas puntuales. Sin embargo, a veces, llega un momento en el que todo ese peso fiscal se hace insoportable para la continuidad y viabilidad de tu negocio. Ese es el momento en el que te planteas la reunificación de deudas.
Pero ¿en qué consiste realmente esta posible solución? Se trata de juntar en un solo préstamo o crédito todas las deudas y, así, pagarlas en una única fecha cada mes. En este artículo te hablamos de las ventajas y desventajas de la reunificación de deudas, así como los requisitos necesarios para poder acceder a ella.
¿Qué es la reunificación de deudas en una pyme?
La reunificación de deudas consiste en agrupar varias obligaciones (préstamos bancarios, pólizas, tarjetas, factoring residual, incluso deudas con proveedores) en un solo instrumento de financiación. Tras la operación, pasas de manejar múltiples vencimientos y tipos a una única cuota mensual (o trimestral), con un plazo extendido y, a veces, garantías que abaratan el tipo.
Beneficios e inconvenientes de reunificar tus deudas
Aunque a priori puede parecer la mejor de las ideas que todas tus deudas pasen a convertirse en una sola, la reunificación es un producto financiero que hay que abordar con cautela. Para hacerte más fácil la comprensión, te presentamos todo lo bueno y lo malo que trae consigo esta decisión:
Ventajas
- La cuota mensual a pagar se reduce drásticamente.
- Disminuye el interés de la mayoría de deudas previas.
- Aumenta el plazo de amortización porque puedes elegirlo.
- Contarás con más dinero líquido durante el mes.
Desventajas
- Pagas más comisiones
- Como alargas los años de amortización, al final pagas más intereses.
- La deuda final crece de forma considerable.
¿Cómo se solicita una reunificación de deudas?
Para acceder a este producto financiero, es recomendable que no aparezcas en listados de morosos como ASNEF o RAI porque, en la situación actual, los bancos suelen cerrar la puerta a todos aquellos que solicitan préstamos que ya está demostrado que no pueden pagar. Sin embargo, existen otras entidades que sí reunifican las deudas de morosos, pero, en estos casos conviene extremar las precauciones porque puedes encontrarte con que tus gastos se disparen.
Tradicionalmente, la reunificación de deudas se concede a personas u entidades que tienen una hipoteca (préstamo hipotecario), pero si no te encuentras en esa situación, todas tus deudas pueden agruparse en un nuevo préstamo personal o algún tipo de garantía no hipotecaria. De esta manera, la reducción de la cuota mensual es inferior, pero los costes de la operación también son menores.
Tras estas aclaraciones, el primer paso que debes seguir es localizar a un economista experto o abogado que te guíe y acompañe durante todo el proceso. A continuación, resulta recomendable tratar de negociar con alguna de las entidades donde tienes deudas.
Tanto el abogado o el economista que contrates deben tener en cuenta a aquellas empresas que realizan intermediación hipotecaria en el momento de las negociaciones bancarias y, al mismo tiempo, velar porque cumplen la normativa vigente. La principal labor de esos intermediarios es informarte de los riesgos de la operación de reunificación de deudas para evitar que te sobreendeudes y no tengas que hacer frente a los conflictos de interés con los prestamistas y sus tarifas.
Una vez tienes todo controlado, procederás a tramitar la operación, que de manera operativa es muy similar a pedir un préstamo o hipoteca al banco.
Qué opciones tienes para reunificar
1) Préstamo de consolidación
El banco te concede un nuevo préstamo para cancelar los actuales. Requiere riesgo (garantías/aval) y un cash flow previsible.
2) Hipoteca empresarial/garantía real
Si aportas un inmueble/activo, sueles lograr mejor tipo y plazo. Valora el riesgo patrimonial.
3) Línea ICO o alternativas públicas (cuando existan)
Pueden ofrecer condiciones competitivas en determinadas convocatorias. Revisa ventanillas oficiales y tu asesoría.
4) Refinanciación ordenada con tus acreedores
Negocia alargamiento de plazos y rebaja de tipo sin nuevo préstamo. Útil si tu historial es bueno y el banco quiere acompañarte.
5) Proveedores clave
En ocasiones, un proveedor estratégico acepta planes de pago a cambio de volumen o exclusividad. Evita atarte en exceso.
Errores comunes (y cómo evitarlos)
- Mirar solo la cuota: evalúa TAE, plazo y comisiones.
- No sumar costes de cancelación: pueden “comerse” el ahorro.
- Consolidar deuda a corto y luego volver a tirar de tarjeta: disciplina ante todo.
- No proyectar la tesorería: haz un cash flow a 12 meses.
- Ignorar impuestos: comisiones e intereses tienen tratamiento fiscal; consúltalo con tu asesoría.
