Los trabajadores autónomos cotizan en un régimen muy diferente al de los trabajadores por cuenta ajena y, por lo tanto, tienen unos deberes y unos derechos diferentes.

Este sistema los deja en una situación más vulnerable en casos de enfermedades o accidentes, por lo que se hace recomendable contratar pólizas que cubran los gastos fijos o que complementen las pagas recibidas por la Seguridad Social, en muchos casos menores a las recibidas por los trabajadores por cuenta ajena.

Antes de empezar: define tu perfil de riesgo

No todas las actividades necesitan lo mismo. Haz este “autodiagnóstico” rápido:

  1. Dónde trabajas: en casa, en local, en obra, a domicilio, en carretera.
  2. Qué haces: servicios profesionales, comercio, hostelería, oficios, sanitario, creativo/tech.
  3. Qué activos dependes: portátil/servidores, maquinaria, stock, vehículo.
  4. Con quién tratas: B2B, B2C, tickets altos, datos sensibles.
  5. Impacto de parar: ¿cuántos días de inactividad aguantas sin ingresos?

Con este mapa sabrás qué coberturas son estratégicas y cuáles son accesorias.

Tipos de seguros que puede contratar un autónomo

1) Responsabilidad Civil (RC): tu red de seguridad básica

Cubre daños a terceros (personas o bienes) causados en tu actividad.

  • RC de Explotación: daños durante la prestación del servicio o en tu local.
  • RC Profesional (errores/omisiones): ideal para consultores, abogados, arquitectos, marketers, sanitarios, etc.
  • RC de Productos: si fabricas/vendes productos.
  • RC patronal: si tienes empleados.

2) Baja laboral / Incapacidad temporal (ILT): ingresos garantizados

Si una enfermedad o accidente te impide trabajar, esta póliza de incapacidad temporal te paga una indemnización diaria (p. ej., 40–80 €/día) durante el periodo de baja.

  • Define la cuantía diaria según tus gastos fijos (cuota RETA, alquiler, nóminas, herramientas, préstamos).
  • Revisa carencias (días sin cobertura al inicio), periodos máximos por patología y si incluye accidente no laboral y deportes.

3) Salud para autónomos: rapidez y prevención

Acceso a especialistas y pruebas sin listas de espera. Útil para reducir tiempos de baja y mejorar bienestar.

  • Ojo a carencias (embarazo, pruebas de alto diagnóstico) y cuadros médicos en tu zona.
  • Algunas modalidades incluyen reembolso para médicos fuera del cuadro.
  • Fiscalidad: en estimación directa, la prima puede ser gasto deducible hasta ciertos límites por asegurado (tú y familia). Consulta a tu asesoría.

4) Accidentes y vida: protección personal y familiar

  • Accidentes: capital por invalidez o fallecimiento por accidente (laboral y/o no laboral).
  • Vida riesgo: capital por fallecimiento o invalidez absoluta, útil si tienes hipoteca, hijos o socios.

5) Ciberriesgo: imprescindible si manejas datos o vendes online

Cubre costes de ataques (ransomware), restauración de sistemas, responsabilidad por brecha de datos, paralización del negocio y gestión forense.

6) Multirriesgo (local/oficina/estudio)

Protege continente (inmueble si es tuyo) y contenido (mobiliario, equipos, stock) frente a incendio, agua, robo, fenómenos atmosféricos, pérdida de beneficios, etc.

7) Auto/VTC/comercial y otros específicos

Si el vehículo es parte de tu actividad, contrata coberturas profesionales (RC obligatoria + lunas + robo + asistencia + vehículo de sustitución).
Hay pólizas nicho (drones, obras, sanitarios, transporte, eventos) con cláusulas sectoriales.

Cuánto cuesta un seguro para autónomo?

Depende de la actividad, facturación, historial y capitales. Como guía muy general:

  • RC profesional/explotación: desde decenas de euros/año en profesiones de bajo riesgo hasta importes más altos en actividades técnicas/sanitarias.
  • ILT (baja diaria): la prima crece con la edad, el capital y la actividad.
  • Salud: varía por edad y coberturas (cuadro vs reembolso).
  • Ciber: depende de facturación, controles de seguridad y límites (desde capitales pequeños para empezar).