Tanto en grandes empresas como en el caso de pymes y autónomos, invertir en Inteligencia Artificial se ha convertido en una de las decisiones estratégicas clave. Esta tecnología, que está alcanzando altas cotas de sofisticación y utilidad, está cada vez más presente en el día a día de las personas y, por supuesto, también de los negocios.
¿Qué implica invertir en Inteligencia Artificial y qué tipo de tecnologías es posible incorporar a través de esta inversión? Te lo contamos.
¿Por qué invertir en Inteligencia Artificial?
Uno de los motivos clave que, a día de hoy, moviliza las inversiones en Inteligencia Artificial (IA) para las empresas es que está suponiendo un impulso sin igual a la eficiencia.
A través de IA, las empresas están pudiendo automatizar tareas y procesos complejos, liberando tiempo y recursos humanos.
A su vez, invertir en Inteligencia Artificial abre la puerta a la toma de decisiones basada en datos y a tiempo real. Esto puede suponer una ventaja competitiva a la hora de poner en marcha estrategias o decidir sobre cualquier área de una empresa.
Además, invertir en Inteligencia Artificial es rentable en muchos casos porque supone la posibilidad de mejorar la personalización en la experiencia del cliente. Gracias a la IA, los negocios están pudiendo comprender mejor las preferencias y necesidades de los clientes y, en consecuencia, ofrecer experiencias y recomendaciones altamente personalizadas. Esto, a su vez, redunda en una mejora de la satisfacción del cliente y en fomentar la lealtad a la marca.
Por lo tanto, invertir en Inteligencia Artificial es un paso seguro hacia la optimización de procesos y el impulso a la productividad, siempre que la solución adoptada en la empresa responda verdaderamente a sus necesidades.
¿Es rentable?
Los análisis económicos de las principales consultoras a nivel global coinciden en que invertir en Inteligencia Artificial es un paso clave para asegurar la rentabilidad futura de los negocios. Es el caso de la consultora McKinsey, que cifra el impacto de la IA en la productividad en trillones de dólares para la economía global.
No obstante, como en cualquier proceso de inversión, resulta esencial evaluar cuidadosamente diversos aspectos antes de tomar una decisión. Algunos de los factores a tener en cuenta para determinar si invertir en Inteligencia Artificial es rentable para la empresa incluyen:
- Realizar una evaluación de costes asociados a la implementación de la IA.
- Activar una identificación de las áreas y procesos que la IA puede mejorar.
- Evaluar el potencial retorno de la inversión (ROI) que la IA puede proporcionar a tu empresa.
- Determinar las soluciones disponibles en el mercado y evaluar si se adaptan a las necesidades y recursos de la empresa. Un factor clave aquí será su escalabilidad, es decir, si pueden adaptarse a lo que necesitan las empresas más pequeñas o están diseñadas solo para negocios de gran tamaño.
- Tener en consideración la estrategia a largo plazo de la empresa. Si la IA se alinea con tus objetivos y te permite mantener una ventaja competitiva en tu industria, puede justificar la inversión.
Riesgos de invertir en Inteligencia Artificial
Aunque la IA es uno de los sectores más prometedores, también conlleva ciertos riesgos que conviene tener en cuenta antes de invertir:
- Alta volatilidad: Las acciones de empresas tecnológicas suelen tener fuertes fluctuaciones en bolsa.
- Competencia intensa: Muchas compañías están desarrollando soluciones similares, lo que puede dificultar la consolidación en el mercado.
- Dependencia de la regulación: La evolución de leyes sobre privacidad, uso de datos y ética en IA puede afectar el crecimiento del sector.
- Elevada inversión en innovación: Las empresas de IA requieren grandes recursos en investigación y desarrollo, lo que puede impactar en su rentabilidad a corto plazo.
Burbuja tecnológica: Existe el riesgo de sobrevaloración en startups o fondos vinculados a la IA, como ya ocurrió en otros sectores tecnológicos.
Cómo invertir en IA
Existen diferentes formas de acceder a este mercado en crecimiento:
- Acciones de empresas líderes: Invertir en compañías consolidadas que desarrollan o aplican IA, como Google (Alphabet), Microsoft, NVIDIA o Amazon.
- Fondos cotizados (ETFs): Los ETFs especializados en IA y robótica permiten diversificar la inversión en múltiples empresas del sector. Ejemplo: Global X Robotics & Artificial Intelligence ETF (BOTZ).
- Startups y capital riesgo: Una opción con mayor riesgo, pero también con posibilidad de altos retornos, es invertir en startups emergentes de IA.
- Aplicaciones indirectas: Invertir en sectores que se benefician de la IA, como salud, automoción, finanzas o ciberseguridad.
Fondos de inversión especializados: Algunas gestoras ofrecen fondos dedicados a la innovación tecnológica y la IA, lo que permite una gestión profesional de la inversión.
