La trazabilidad de un producto se ha convertido en uno de los imprescindibles para que las empresas puedan tomar las riendas de su cadena de suministro. 

Orientada a conocer de forma detallada el recorrido completo de un producto, la trazabilidad es también lo que permite ofrecer una experiencia de cliente extraordinaria en un momento en que las expectativas de los consumidores son especialmente elevadas. A su vez, está en el centro de multitud de asuntos en el ojo público, como la sostenibilidad y transparencia de los productos, la seguridad y la eficiencia en los procesos internos.

Programas como el sistema ERP facilitan el desarrollo de metodologías fiables y automáticas para la trazabilidad de producto. Un tipo de software a la cabeza de las plataformas de digitalización en las empresas, en parte impulsado por sus excelentes resultados: un 83% de las organizaciones que lo implantan hallan que, un año después, el ERP ha cumplido sus expectativas en cuanto a retorno de la inversión (ROI).

Desde esta perspectiva, analizamos de qué habla exactamente el concepto de trazabilidad y cómo implementarla.

¿Qué es la trazabilidad de un producto?

La trazabilidad de un producto habla de la capacidad de rastrear el ciclo de vida completo de los productos, desde el momento de abastecimiento hasta su manufactura y distribución, además del flujo físico necesario para que llegue al consumidor final, y su desarrollo desde ese punto.

Se refiere por tanto a una infinidad de procesos complejos, que conciernen no solo al envío de un producto sino también a su inspección, datos relativos a manufactura y números de lote, además del propio uso que hacen los consumidores del producto.

De este modo, la trazabilidad de un producto se refiere a la capacidad de las empresas de obtener una visión global sobre cada uno de estos procesos.

Ventajas de la trazabilidad de un producto

Implementar un sistema de trazabilidad no solo responde a exigencias legales o de control interno, también genera beneficios estratégicos para las empresas y valor añadido para el consumidor. Entre las principales ventajas destacan:

  • Seguridad y calidad garantizada: La trazabilidad permite identificar el origen exacto de cualquier producto, lote o materia prima, asegurando que cumple con los estándares de calidad y normativas vigentes. Esto reduce riesgos en sectores críticos como alimentación, salud o automoción.
  • Gestión rápida de incidencias: En caso de detectarse un defecto o riesgo, las empresas pueden localizar de inmediato el lote afectado y retirarlo del mercado de manera selectiva. Esto evita retiradas masivas innecesarias, minimizando costes y protegiendo la reputación de la marca.
  • Transparencia y confianza del consumidor: Hoy los clientes valoran saber de dónde vienen los productos que consumen, cómo se fabrican y bajo qué condiciones. Un buen sistema de trazabilidad permite ofrecer información verificable y aumenta la credibilidad de la marca.
  • Optimización de la cadena de suministro: Centralizar los datos de cada etapa mejora la coordinación entre proveedores, fabricantes y distribuidores. Esto se traduce en menos errores, mejor planificación y reducción de tiempos de respuesta.
  • Cumplimiento normativo: La trazabilidad facilita adaptarse a normativas nacionales e internacionales, reduciendo riesgos de sanciones. Además, tener un sistema sólido es un valor competitivo en licitaciones y auditorías.
  • Mejora de la eficiencia interna: La digitalización de la trazabilidad elimina procesos manuales, minimiza errores humanos y proporciona datos en tiempo real para la toma de decisiones. Esto incrementa la productividad y reduce costes operativos.

Impulso a la sostenibilidad y diferenciación de marca: Permite demostrar prácticas responsables (origen sostenible, procesos éticos, huella ambiental), un factor cada vez más decisivo en la elección de los consumidores.

Tipos de trazabilidad

Aunque existen muchas formas de categorizar la trazabilidad, los principales tipos incluyen:

  • Trazabilidad externa hacia atrás: determina información sobre las materias primas con que se ha elaborado un producto e información de los proveedores.
  • Trazabilidad externa hacia delante: se ocupa de registrar el recorrido del producto una vez sale de la empresa hacia su destinatario. 
  • Trazabilidad interna: seguimiento del producto en los procesos internos de la empresa. 

Como ejemplo de trazabilidad de un producto, podemos mencionar el de una manzana:

  • Su cultivo en una granja específica remite a la trazabilidad hacia atrás. Se deberán conocer la ubicación de la granja, el lote de tierra donde se sembró, y los productos utilizados para su producción.
  • Para la empresa dedicada a su cosecha, la trazabilidad interna habla de los procesos de clasificación, lavado y/o tratamiento y embalaje. Se otorga un número de identificación a cada lote, de modo que la trazabilidad pueda seguir su curso.
  • Durante su distribución, el trayecto y sus condiciones de almacenamiento son registrados.
  • Una vez en la tienda y, después, en manos del consumidor, es posible realizar un rastreo hacia atrás en caso de que surja algún problema de calidad o seguridad.

Cómo hacer la trazabilidad de un producto: metodología

La arquitectura básica de una metodología de trazabilidad se basa en los siguientes asuntos imprescindibles:

  • Sistema de registro fiable y eficaz capaz de proporcionar datos precisos. 
  • Herramientas para consultar los datos aportados por el sistema de registro. Las herramientas tecnológicas actuales permiten recopilar grandes cantidades de datos.
  • Trabajo conjunto con proveedores, transportistas, distribuidores y colaboradores en la cadena de suministro para armonizar criterios. Los proveedores deben aportar información precisa y fiable, mientras que los colaboradores para la expedición deben ser capaces de incorporar y vincular los datos de trazabilidad recibidos en sus propios procesos.

Idealmente, estos protocolos y herramientas quedan recogidos en un Plan de Trazabilidad, un documento que detalla la metodología de trazabilidad de producto que sigue la empresa. Éste debe adaptarse al tamaño y necesidades de cada organización y sus colaboradores, para lo cual a menudo es útil comenzar por realizar un diagnóstico previo.

Software para trazabilidad de un producto

La tecnología actual permite automatizar la trazabilidad de producto, reduciendo el error humano y ampliando las posibilidades de estas metodologías. 

Es aquí donde aparecen los sistemas ERP, herramientas avanzadas clave para el registro de cada etapa del proceso, centralizar datos en una única plataforma y la identificación de lotes o series, todo ello con visibilidad en tiempo real. 

‍En este sentido, resulta imprescindible contar con un software que se ajuste a las necesidades de cada empresa. Por ejemplo, debe poder integrarse con el resto de herramientas tecnológicas de la empresa, fomentar la automatización y ser adecuado al tamaño de la organización.

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