Las campañas de marketing directo mediante correo postal son muy efectivas en el mercado B2B, porque con ellas nos aseguramos que nuestra empresa y su mensaje entra directamente en la oficina o en el despacho de nuestro potencial cliente.
Además, el formato físico (folletos, flyers, dípticos, cartas…) perdura en la memoria de los receptores más que otros anuncios, refuerza la imagen de marca y despierta una mayor predisposición a la compra que otros canales, sobre todo cuando se personaliza según el sector o localización del cliente al que queremos conquistar.
Pero para que estas campañas den resultado, hay que llegar justo a quién más nos necesita.
Las bases de datos son la clave del éxito de una campaña de correo postal. Son esenciales para tener las direcciones de otras empresas y autónomos, pero además deben ser completas, segmentadas normalizadas y exhaustivas para no dilapidar esfuerzos en enviar anuncios y promociones a otras empresas que no nos necesitan.
Construir una base de datos es una labor complicada y que conlleva mucho tiempo y esfuerzo. Hay que nutrirla con información fidedigna, organizarla y normalizarla, pero además es una tarea que nunca acaba, pues hay que mantenerla siempre actualizada (se calcula los datos caducan al cabo de unos 20 meses, porque las empresas cambian de nombre, de responsable, cierran, se trasladan, etc.). Sin embargo, el esfuerzo merece la pena porque nos permitirá dar en la diana con nuestros anuncios.